Paíto en NYC: Un Cuento de Dos Gaiteros

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En la noche del jueves, 15 de junio del 2017, nos reunimos en el Atrio David Rubenstein en el Lincoln Center for the Performing Arts para disfrutar del legendario grupo colombiano Paíto y los Gaiteros de Punta Brava, en su debut estadounidense. Paíto y su grupo, uno de los mejores expositores de música de gaita (una flauta de conducto de origen indígena) tradicional de las montañas de la costa atlántica colombiana, son también los últimos cargadores de la tradición afro-colombiana gaita negra. El concierto es parte de un tour estadounidense desarrollado en colaboración con Viviana Benitez, productora asociada del Lincoln Center y la ONG colombiana Sonidos Enraizados, con el propósito de mejorar las conexiones entre sonidos locales y globales y de entender la siempre efímera relación entre el sonido, el lugar y el sentimiento. Sonidos Enraizados tiene una relación especialmente cercana y duradera con Paíto, ya que la organización se especializa en trabajar con músicos de géneros oriundos de áreas remotas de Colombia a quienes les interesa y necesitan de apoyo para alcanzar mayor circulación, pero que al mismo tiempo no quieren perder su estética, estilo, y el contexto de sus sonidos y tradiciones. “Los gaiteros negros son un poco invisibles con respecto al resto de la historia ‘oficial’ colombiana” comenta Urián Sarmiento, músico y cofundador de Sonidos Enraizados. “Paíto y sus canciones hablan por y de esta historia de una manera orgánica”.

Paito en el Lincoln Center

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Nuestro equipo de ensueño en Los Herederos (Diana Bejarano – Fotografía; Camilo Correa – Sonido; Alejandro Navarro & Mauricio Bayona – Video) hicieron un trabajo fenomenal “capturando el momento” dentro y fuera del escenario, a través de fotografías, videos, y audios (ambisonic). La documentación incluyó cobertura del programa en escena así como entrevistas con artistas y organizadores durante su estadía en Nueva York. Cuando me preguntan por qué Los Herederos hace estas coberturas especiales de “Creative Masters in NYC” mi respuesta es simple: si no lo hiciéramos, esta cobertura simplemente no existiría. Los Herederos ofrece documentación con profundidad para el consumo público. Nuestro contendido y nuestras técnicas son diferentes a las que utilizan la cobertura habitual, las redes sociales del momento, o los reportajes etnográficos académicos. Nuestro compromiso es apoyar tendencias culturales positivas y hacer representaciones gráficas, escritas, de audio y video de la más alta calidad ampliamente disponibles por internet. Lo hacemos para documentar para la historia pública, para ofrecer comentarios relevantes, y para empezar a desmitificar ideas comunes sobre la transmisión e interpretación de la tradición en la actualidad. Como dice Sarmiento, “historias que quizás no son verdaderas han sido oficializadas, pero hoy tenemos mas información y podemos traer a la luz historias adicionales que pueden debatir teorías preestablecidas”.

La música mía, es de herencias. Yo nací de la música, es mi herencia.

Ciertamente, la presentación de aquella noche también expuso algo que siempre se notó durante los encuentros entre Paíto, su banda, y el cofundador de Sonidos Enraizados Urián Sarmiento: la conexión única entre Paíto y Sarmiento. La de ellos es una relación que desafía estereotipos y las dinámicas de poder comunes entre maestros y estudiantes así como artistas y productores. Además, nos invita a cuestionar nuestras suposiciones sobre como la raza, clase y afinidad afectan estas interacciones.

“Paíto” Sixto Silgado Martínez, nació en Flamenco, Bolívar, Colombia, en una familia de músicos Afro-Colombianos de la costa atlántica. Hoy vive en Isla Grande, Islas del Rosario, Bolívar, Colombia y como lo suele decir Sarmiento en sus introducciones al maestro, “es agricultor primero y músico segundo”. Esta declaración no tiene la intención de devaluar la habilidad de Patio y su legado como artista. Mas bien contextualiza su trabajo dentro de una tradición particular, una que esta ligada con la cotidianidad agrícola, espiritual y social de Isla Grande. Para Paíto, la música es verdaderamente una herencia. Creció rodeado de sus sonidos y empezó a tocar música gaita a los doce años, aprendiendo todo lo que sabe de su padre y de sus tíos. En una entrevista reciente con Rob Weisberg de WFMU, dice de su primera canción que “estaba haciendo las canciones de mi papa”. “Mi música que yo ejerzo es herencias. Yo nací bajo la música. Es mía, pero también es mi herencia” dice.

Permite de alguna manera compartir una experiencia musical con oídos diferentes…Cada encuentro con cada músico en cada región es eso (impacto de la memoria viva), un gran universo que se abre de un territorio

Paíto conoció a Sarmiento en Bogotá, cuando fue a tocar en varios festivales en el 1999. En ese entonces, Sarmiento tocaba con su grupo de “nueva música colombiana” Curupira y ampliaba sus conocimientos como un novato fascinado con la tradición de la gaita. Sarmiento ya era un músico reconocido por mérito propio (rock, jazz, alternativa), y como muchos de sus contemporáneos, tenía un naciente interés en la música tradicional del país. A diferencia de sus músicos contemporáneos cuyos intereses estaban orientados principalmente a su ganancia profesional y la exportación, Sarmiento hizo una investigación mas profunda. En una entrevista reciente con Panorama (un canal de televisión colombiano) Sarmiento dijo con convicción que lo que mas disfruta de su trabajo como músico y trabajador cultural es “la oportunidad de compartir la música con la gente y de aprender también. De vivir la música como un eterno aprendizaje”. “Para mi, cada encuentro con cada músico en cada región es un gran universo que se abre dentro de un territorio remoto”. Y así, el mundo conocido ya no nunca fue el mismo (‘Quote’ de Sarmiento en el Centro Nacional de Memoria Histórica – Colombia)

La profundidad de carácter y de conocimiento musical de Sarmiento le fue evidente a Paíto cuando se conocieron por primera vez. Recuerda que cuando lo escuchó tocar la gaita “escuchó algo en el. Él tenía cierta actitud sobre querer tocar, un nivel de deferencia y respeto por los maestros”. Los dos se volvieron amigos, y la relación ha crecido a través de los años para incluir facetas familiares, de amistad, de maestro y estudiante, y de artista y productor.

Se han oficializado muchas historias, que de pronto no son tan verídicas…ya hoy en dia hay un poco más de información, se ha logrado conocer más historias que de-significan un poco ciertas teorías que han establecido

Sarmiento se unió a los Gaiteros de Punta Brava hace varios años tras el retiro de un gaitero por motivos religiosos. Dice que hubiera preferido que los miembros del grupo se mantuvieran dentro de la familia, pero que no era posible. “De una forma es muy tradicional, la forma de operar del grupo. La gente tiene su música y sus tradiciones, pero ellos trabajan en otras cosas. Ellos tocan cuando los llaman para algo, pero no están interesados en participar en un proceso continuo de desarrollo y práctica musical.” Es precisamente este fenómeno de la música tradicional, junto con la presión de un mundo cada vez más globalizado, que hace que las tradiciones se pierdan. Y es así como Sarmiento y muchos otros músico no nativos terminan en conjuntos tradicionales alrededor del mundo. En casos específicos, sin nueva participación un grupo puede dejar de funcionar. Como académicos, trabajadores culturales, y de campo hemos sido socializados para cuestionar este tipo de actividad externa, considerándola menos auténtica o una brecha de lo tradicional. Sin embargo, cuando encaramos la extinción de un genero sugiero que consideremos las realidades de estas situaciones en nuestros esfuerzos por entender la propagación y el desarrollo de sonidos tradicionales.

Paíto es sin duda el mentor musical de Sarmiento, su profesor y compañero del ensamble. Sarmiento sigue siendo el puente entre la banda y el publico. Esto inevitablemente crea una dinámica de poder con respecto a la auto-representación y la agilidad social. Fue particularmente interesante escuchar su entrevista en el programa “Transpacific Sound Paradise” de WFMU en el que Sarmiento habló de sus propias experiencias o tradujo ampliamente lo que dijo Paíto, quien a pesar de que la entrevista fue ingles, parecía completamente relajado y participó en toda la experiencia. Cuando se les preguntó sobre esto, respondió con un brillo en los ojos, “No me preocupa porque y ya se lo que Urián está diciendo así no entienda sus palabras. Mis hijos cargan mi legado y por eso les doy mi conocimiento”. Paíto se refiere a Sarmiento como parte de su familia con regularidad, un título que él acepta tácitamente como se evidencia en esos momentos cuando Paíto, sin decir palabra, le pasa sus flautas al joven después de un set agotador o lo mira con tranquila admiración mientras Sarmiento habla sobre la tradición de la gaita en idiomas que él no entiende. A pesar del nivel de interpretación, es claro por su lenguaje corporal y su forma de interactuar que Sarmiento continua siendo un devoto custodio de la tradición y de su maestro musical.

Escrito por Naomi Sturm

Traducción: Sebastián Ramírez

Fotografía: Diana Bejarano

Sonido: Camilo Correa

Video & Edición: Alejo Navarro

Concepto Visual & Edición: Mauricio Bayona

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